Serventesios
La rosa, cuando nace es inocente
e inconsciente del mal de su belleza,
porque siegan su vida de repente
cuando anda disfrutando su grandeza.
Mi corazón dijo que no quería
participar de trabajos malsanos,
empero, yendo a una floristería,
diez rosas se posaron en mis manos.
Las vi: puras, tiernas y temblorosas.
Y por ello, adusto y circunspecto,
con voz queda les dije, por ser rosas,
id a ofrecerle a otra, todo mi afecto.
C. Abril C.
De Inquietud permanente
(c)copyright