No le mima de noche
ni por el día,
ni le canta las nanas
que ella sabía.
Ya no mece la cuna
para que duerma,
porque sabe de sobra
que se halla yerma.
Se le pasan las horas
con el retrato,
que le sacó al traerla
del orfanato.
!Qué penita más grande¡
siempre refiere,
!con lo que yo la amaba,
y va y se muere¡
C. Abril C.
De Bajo este cielo
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