domingo, 30 de noviembre de 2014

LA ARAÑA


Décima

En lo alto de una cucaña
había una paletilla,
y de su caña amarilla
-a modo de travesaña-
colgando había una araña.
Su faz mostraba derrota,
porque incluso el mas idiota
sabe de restauración,
y prefiere un buen jamón
pata negra de bellota.


C. Abril C.


De Jacarandoso


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jueves, 27 de noviembre de 2014

DESABRIDA



Sonetillo

Si quiero ¿que porqué quiero?
si no llego ¿porqué tardo?
si te adulo ¿porqué fardo?
y si te amo ¿porqué muero?

¿No sé si en tu macetero
ha florecido algún nardo,
o sólo ha crecido el cardo
que exhibes con tanto esmero?

Recibir tantos pinchazos
logró que ya no recuerde
como se dan los abrazos.

Eso es lo que a ti te pierde
y lo que crea rechazos,
lo mismo que un perro verde.


C. Abril C.

De Luna rota

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miércoles, 26 de noviembre de 2014

TAL VEZ


Heptoema*


A lo mejor se arrepiente y vuelve,
e incluso pide perdón por todo.
Tal vez te conceda la sorpresa
que jamas te hayan dado en la vida,
y cuando en el tálamo malogres
los actos por llevarlo al olvido,
se asome y redima tu congoja.


C. Abril C.


De Zurrapas


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*Composición formada por una estrofa de siete versos blancos decasílabos.

martes, 25 de noviembre de 2014

!QUÉ FALACIA¡


Chuflillas


!Qué falacia¡

Se lo llevan calentito
y dicen por lo bajito
!Estamos en democracia¡

!Qué osadía¡
!Qué falacia¡

Mi amigo tiene un vecino
cuñado de un regidor,
que aunque a nadie bautizó
todos le llaman padrino.
Y a todos busca destino.
Eso si que es eficacia.

!Qué falacia¡
!Qué osadía¡
!Qué desgracia¡

No trabaja en la alcaldía,
él jamás tuvo un salario,
pero su extracto bancario
humilla a la burguesía.

!Qué osadía¡
!Estamos en democracia¡
!Qué desgracia¡


C. Abril C.

De Bajo este cielo

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lunes, 17 de noviembre de 2014

EL HOMBRE


Quintillas

Cuando era infante lloraba
y alguna vez sonreía.
No se sabe si pensaba,
pero es cierto que gritaba
si del pecho no sorbía.

Cuando era niño quería
llevar pantalones largos,
porque en feria o romería
a sus piernas las veía
como si fueran de galgos.

Cuando era púber soñaba
con un espejo corriente,
porque solo se miraba
en el agua que llegaba
al pilón, desde la fuente.

Cuando era un adolescente
le compraron los tejanos,
y fardaba entre la gente
mientras rascaba su frente
abarrotada de granos.

Cuando era adulto vivía
sin pensar en el pasado,
su futuro consistía
en finiquitar el día
con el pantalón bajado.

Cuando era maduro vio,
lo rápido que pasaban
las etapas que él vivió,
y los sueños que forjó
como se desmoronaban.

Y cuando llego a ser viejo
tanta confusión tenía
con la carne y el pellejo,
que se miro al espejo
y no se reconocía.


C. Abril C.


De Bajo este cielo


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