lunes, 7 de marzo de 2016

EL ZAGUÁN

Tercerillas y cuartetas


En el zaguán de su casa
había un quinqué de aceite
recolgando por el asa.

Y cuando estaba encendido
refulgían las baldosas
aquél rojizo subido
haciéndolas más hermosas.

Que aunque no eran adoquines
eran útiles y duras,
y aguantaban los trajines
de zapatos y herraduras.

Si se veían lustrosas,
es porque todos los días
fregaba bien las baldosas.

Que sus rodillas Consuelo
las tenía hechitas trizas, 
de tanto fregar el suelo
a mano con aljofifa.

Y aunque rodillera usaba
hecha con trozos de guata,
cuando ella se levantaba
parecía una alcayata.

En el zaguán de consuelo
se reflejaban de noche
las estrellitas del cielo.


C. Abril C.


De, Terrones pardos.


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